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El Gobierno obligará a las cotizadas a tener un ‘guardián’ que vigile a sus presidentes

El Gobierno obligará a las cotizadas a tener un ‘guardián’ que vigile a sus presidentes

El ministro de Economía, Luis de Guindos, durante la reunión del FMI y el Banco Mundial en Washington. (EFE)

José Antonio Navas

11/10/2013 (06:00)

El Ministerio de Economía quiere dar una vuelta de tuerca en el proceso de separación de poderes dentro de las sociedades cotizadas. La reforma del sector bancario va a dejar secuela en el gobierno corporativo de las grandes empresas en bolsa porque Luis de Guindos pretende que las enseñanzas generadas a partir del rescate financiero se trasladen a todas las entidades que apelan a los mercados a la hora de buscar financiación.

La solución planteada a nivel oficial tiene ya algunos precedentes dentro del sector público, como es el caso de Red Eléctrica, que recientemente modificó su reglamento interno para crear la figura del ‘consejero independiente coordinador’. La función de esta categoría, inédita hasta hace poco en el ordenamiento mercantil, se orienta en el caso de la compañía que preside José Folgado a reforzar el papel de los consejeros independientes cuya misión y atribuciones son todavía bastante ambiguas en España.

El Gobierno pretende ahora llegar un poco más lejos dada la atmósfera de regeneración que se respira en el mundo societario y corporativo. El planteamiento se basa en distinguir un consejero entre el grupo de independientes que actúe como una especie de primus inter pares. Sin embargo, la misión de este ‘consejero estrella’ va a tener una especial trascendencia en el llamado buen gobierno de las empresas que cotizan sus valores en bolsa.

El presidente de Red Eléctrica de España (REE), José Folgado. (EFE)El consejero coordinador dispondrá de facultades institucionales que le permitirán solicitar la convocatoria del consejo de administración, pero además estará capacitado con plenos poderes para supervisar de manera recurrente al presidente de la entidad. La labor será efectiva cuando el máximo responsable de la compañía sea un consejero ejecutivo, como suele ser el caso en la mayor parte de las empresas que integran el selectivo Ibex 35.

Una división de poderes poco creíble

Las grandes compañías multinacionales de bandera funcionan en nuestro país con un presidente plenipotenciario que se hace acompañar de un eventual consejero delegado como segundo de a bordo. La fotografía de ambos dirigentes es poco leal con los preceptos que operan en el mercado anglosajón, donde el consejero delegado es realmente el chief executive officer (CEO) y actúa como verdadero primer ejecutivo limitando el papel del presidente a un mero carácter institucional como chairman del consejo de administración.

En España el consejero delegado es más bien un director general de operaciones, encargado del día a día, pero sin mayor capacidad en el desarrollo estratégico y corporativo. Los proxy advisors y demás instituciones encargadas de orientar el sentido del voto de los inversores internacionales se han mostrado refractarios contra este tipo de prácticas que consideran una coartada para simular un reparto de poderes realmente inexistente. Las consecuencias de esta especial sensibilidad se han puesto de relieve en la negativa cada vez mayor de los accionistas extranjeros a respaldar las políticas de retribuciones que adornan a los administradores de las principales sociedades cotizadas del país.

La puesta en escena del futuro coordinador independiente viene a ser la respuesta del Gobierno a muchas de las reticencias que existen sobre el gobierno corporativo en España. La división de poderes ejecutivos seguirá siendo una especie de ‘trampa en el solitario’ de los principales presidentes del Ibex, pero en cualquier caso todos ellos tendrán ahora que reconocer a su lado la figura solemne de un consejero graduado con todos los galones para ejercer de ‘Pepito Grillo’ dentro del máximo órgano de gobierno de sus entidades.

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